Thomas  Jefferson, guardián esencial de la libertad, escribió “Si me dejaran a mí decidir, si debemos tener un Gobierno sin Periodismo o un Periodismo sin Gobierno, no dudaría por un instante en preferir lo último“.  Si entendemos el fondo de la frase, parecería mucho más actual que cuando fue pronunciada en 1777. La plataforma del periodismo en los EEUU, se basa en la primera enmienda de su constitución, la libertad de expresión y en un principio de la prensa, la transparencia. Dos fundamentos que las redes sociales obligan hoy en día en nuestra sociedad.

 

La aparición de las redes sociales ha transformado nuestro estilo de vida. Las redes sociales no son una era de cambios, son un cambio de era. Hoy en día, se produce más información en 30 días que en los primeros 10,000 años de la humanidad. Es inadmisible intentar manipular la información y mucho menos, intentar manipular la percepción de toda una sociedad.

 

Muchas empresas y gobiernos incluso, no se han dado cuenta aun, que no pueden, ni deben intentar manipular la información; en el estricto sentido, deberían aprender de ella, encausando los éxitos o en su caso, revertir los fracasos a través de sus propias acciones y hechos. Admitir la transparencia en la actividad diaria permitirá generar reconocimiento y prestigio. La transparencia, permitirá externar sinceramente la razón de ser de las empresas y las marcas, su misión, visión y en consecuencia su propuesta de valor.

 

Se debe dejar a un lado, la antigua idea de ocultar información por miedo a la vulnerabilidad e intentar manipular a través de campañas de publicidad y mensajes unilaterales; en lugar de ello, se debe aceptar que hoy en día, la transparencia crea reconocimiento y prestigio, y que este, permitirá otorgar validación y certificación al convertir a la empresa-marca en un referente con autoridad, por su confianza y credibilidad.

 

Aprovechar la magnífica oportunidad que la transparencia ofrece para construir una marca (personal, comercial o gubernamental) y obtener al mismo tiempo el señorío de la validación, permite conquistar dos fundamentos esenciales en un modelo de negocio exitoso.

 

La transparencia, lejos de hacer vulnerable a una marca, la fortalece.